Reseña
Con esta novela, Michael Connelly da a conocer al nuevo detective Stilwell, cuyo trabajo se desarrolla en la aparentemente tranquila isla de Catalina.
Un thriller policial en el que la investigación del asesinato de una joven se mezcla con la situación personal del protagonista. Stilwell procede de la Brigada de Homicidios de Los Ángeles, pero por cuestiones políticas fue destinado a esa pequeña isla.
De investigar pequeños delitos ha pasado a un caso de una muerte violenta a la vez que se produce una denuncia por caza furtiva en una reserva natural protegida. Stilwell tiene que sortear el escaso apoyo de sus superiores y de sus antiguos compañeros, por lo que su investigación será ardua. Y mientras tanto está intentando tener una nueva vida.
Para los lectores de Michael Connelly es inevitable que nos venga a la cabeza su gran detective, Harry Bosch. Y es que este nuevo detective es diferente en cuanto a sus maneras de trabajar, más pausado, con mucho instinto.
La trama no es de esas llenas de acción, se va cociendo lentamente y sin pausa. Me ha atrapado desde el principio, ya que es muy interesante, una historia muy policial que nos muestra lo que hay detrás de la labor de la policía, muchas veces enturbiado por la política y las envidias.
Pero este nuevo personaje sabe protegerse y está empeñado en descubrir los autores de los crímenes por encima de todo lo demás.
Una novela con muchos giros, bien cerrada, con unos personajes fantásticos que nos ha creado la necesidad de seguir leyendo novelas protagonizadas por el detective Stilwell.